miércoles, 10 de junio de 2009

AEROPUERTO CON GALLINASOS


"VEO MUCHAS aves en la aproximación, es una nube negra... ¡Esto es alarmante!". La frase que parece salida del guión de la película Los pájaros de Hitchcock, es ya común entre pilotos y controladores del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortisona de Barraquillo, incluida hace poco en el TLC con Estados Unidos como ciudad de cielos abiertos.
La situación no es nueva, data de los años 80 cuando, por negligencia de las autoridades de Soledad, Calambo y Sabana grande, los alrededores del terminal que presta servicios a Barraquillo se convirtieron en basureros improvisados que atrajeron bandadas de chulos o galeros, como los llaman en la Costa.
Con el paso de los años la situación empeoró, porque además aparecieron criaderos de babillas, mataderos clandestinos, certidumbres y procesadoras de cebo que ampliaron el menú de los gallinazos. Y para hacer aún más complejo el tema también se instalaron desplazados y personas de bajos recursos. "Pese a los llamados que hemos hecho, las autoridades de esos tres municipios no han tomado las medidas para aliviar la situación -dice el coronel Donal Hambreó Tasco, subdirector de aereocivil-. Hasta la fecha no hay una solución definitiva, pese a que por ley es su responsabilidad implementar las acciones".
Según la legislación aérea, en cinco millas a la redonda de un aeropuerto no puede haber basureros, mataderos, criaderos o actividades que puedan poner en peligro la seguridad aérea. Sin
embargo, las leyes parecen letra muerta: si hace cinco años había cerca de 18 basureros, hoy hay más de 49, de los cuales 29 están en Soledad, 15 en Calambó y cinco en Sabana grande (ver gráfico en recursos relacionados). "El incumplimiento de los planes de ordenamiento territorial de esos municipios cercanos al aeropuerto ha incrementado la problemática -asegura Juan Esteban Vesques, gerente de Aeropuertos del Caribe, Acaso, concesionaria del Ernesto Cortissoz-. Esas aves son un peligro para los aviones que llegan o salen del terminal".
Según un estudio de Acosa, en inmediaciones del aeropuerto hay 114 especies de aves distribuidas en 37 familias, de las cuales cerca del 40% obtiene su alimento dentro del terminal. "A medida que crece el número de aves, aumentan las posibilidades de una tragedia -sostiene Mariela Vergara, jefe de operaciones de Acosa-. Hoy estamos sitiados por más de 600 como los gallinazos negros".
Qué hacer
En un intento para controlar las aves que amenazan la seguridad aérea del terminal de Barranquilla, Acosa diseñó un programa para limitarles el acceso -uso de cañones de gas, sirenas, sonidos de angustia, trampas, redes, repelentes químicos y espantapájaros-, pero ha perdido efectividad porque los chulos aunque huyen al principio luego regresan como si nada. "Nuestras soluciones son sólo disuasivas -dice Vásquez-. Este año, por ejemplo, invertiremos 158 millones de pesos, 100 más que en 2007".
Por otra parte, la Corporación Autónoma Regional de Atlántico ha dado licencia para que en el perímetro del aeropuerto se puedan cazar gallinazos en forma controlada -son considerados limpiadores del ecosistema y la caza indiscriminada alteraría el equilibrio biológico-, pero el problema es que a la altura a la que vuelan es prácticamente imposible atraparlos. Por este método, hasta ahora sólo han sido cazados 20 chulos. "Pese a que es controlada, esta caza no es conveniente -dice el biólogo Carlos Ricauter-. Es como el que vende el sofá porque encuentra a su esposa con otro".
Otra solución que se está analizando es el control mediante la cetrería, como se hace en aeropuertos de España, Argentina y Perú. El problema es el tamaño y peso de los chulos, que haría necesario tener halcones y gavilanes más grandes y fuertes, que muy poco se han utilizado en esas actividades. "Estamos en análisis y esperamos poner pronto en marcha una prueba piloto, pero no sabemos si va a funcionar", señala Vergara.
No obstante, algunos expertos consideran que sólo hay dos soluciones definitivas. Una, que las autoridades de los municipios aledaños hagan cumplir las normas, cierren los negocios ilegales y organicen el servicio de recolección y disposición de basuras. Pero no hay voluntad política para hacer cumplir las leyes y siguen operando negocios ilegales pese a la orden de cierre, y tampoco hay presupuesto. "Aunque tenemos pocos recursos, estamos haciendo todos los esfuerzos para solucionar el problema en los próximos seis meses. Pero hay que reconocer que es muy crítico", dice José Zapata, alcalde de Soledad. La otra solución sería mover el aeropuerto, pero esto implicaría millonarios recursosGallinazos ponen en riesgo seguridad del aeropuerto de Barranquilla
Por el momento y a pesar de que la Aerocivil le impide al aeropuerto dos horas de operaciones, el peligro de una tragedia causada por los goleros se cierne sobre los cientos de pasajeros que llegan o salen del terminal.
Lo que muestra un gran indice de inseguridad para aviones y sus pasajeros
PELIGRO AVIAR
- La presencia de aves en sitios cercanos a las pistas pueden producir choques con aviones en vuelo, en fase de aterrizaje o despegue. Este riesgo es conocido como peligro aviar.- Desde junio de 2007, la Aerocivil le ha impuesto al Ernesto Cortissoz una restricción de dos horas (9:00 a.m. a 11:00 a.m.) por peligro aviar.- Desde 2000 se han presentado 47 averías de aeronaves por esta causa. En 2007 se registraron nueve casos. - Este año los controladores han ordenado dos veces cerrar el aeropuerto por el mismo motivo.- El Ernesto Cortissoz es el único aeropuerto con este peligro aviar y hoy la Aerocivil evalúa las condiciones de la restricción actual. En caso extremo podría ordenar su cierre.
lo que muestra que no se estan controlando estas aves y nuestro grupo tiene como fin dar a conocer un proyecto que tome todas estas aves y las espante ,sin cometer daños a estas ya que son los unicos animales que nos libran de pestilencias de carroña

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